Las mejores bodas en los videojuegos


En una fecha como es el verano en la que muchas parejas aprovechan sus viajes vacacionales para prometerse y empezar su camino hacia el altar toca repasar las bodas más ‘sonadas’ en el ocio interactivo.

¿Vivieron felices y comieron perdices? El paso de los personajes de los videojuegos por el altar es de todo menos tranquilo, muy alejada de la idea que desde muy temprana edad se nos quiere inculcar a través de los cuentos. En muchos casos de hecho los protagonistas del juego no son quienes pasan por el altar y son personajes secundarios quienes tienen el honor de dirigirse al altar.

Es el momento de ponerse de punta en blanco y preparar los pañuelos porque si alguna lagrima se escapa en este artículo no es precisamente por el final de cuento de hadas que tienen los enlaces.

Assassin’s Creed III

Resulta curioso cómo una entrega que cuenta con más de una decena de títulos solamente se ha atrevido a mostrar una boda. No importa el cambio de protagonista o de época, estar en la ‘ciudad del amor’ por mucha Revolución francesa que hubiera en ‘Assassin’s Creed Unity’ o en el Renacimiento italiano con ‘Assassin’s Creed II’. Ubisoft ha mostrado un único enlace y ni siquiera ha sido protagonizado por personajes principales. 

Después de acabar con los planes de los templarios en la Guerra de la Independencia americana de la mano de Connor, para ampliar la duración de 'Assassin’s Creed III' había misiones secundarias centradas en el desarrollo de una hacienda. Estas tareas consistían en reclutar a distintos personajes y ofrecerles alojamiento a cambio de mejoras en la habitabilidad del lugar. Dos de estos inquilinos eran Morris, el minero, y Miriam, la cazadora, quienes después de diversas misiones el jugador ayudaba a que se comprometieran, convirtiéndose en el padrino de la ceremonia y encargado de llevar a la novia al altar. Final feliz de un enlace que acababa con la correspondiente celebración y bebidas y comida por doquier.


Final Fantasy X

La boda del considerado por muchos seguidores de la saga puede ser la versión de la película Titanic en el mundo de los videojuegos y no precisamente porque haya un barco, volador, involucrado. Tidus, el protagonista del juego y rubio a lo Leonardo Dicaprio es trasladado mil años en el futuro y conoce a Yuna, una sacerdotisa inmersa en un peregrinaje para conseguir el poder necesario para salvar al mundo de una criatura.



Durante el transcurso de la aventura conocen a Seymour, un líder espiritual, que propone casarse con Yuna con la finalidad de unir fuerzas para acabar con el mal que asola el mundo, cuando en realidad lo que pretende es sustituirlo y ser él quien lo domine. Al enterarse de las intenciones Tidus y el resto de personajes se arrojan desde una nave para detener el enlace. El resto de la historia incluye una escena en un lago con ambos protagonistas y considerada como una de las más románticas de los videojuegos y un final dramático propio de Titanic con la desaparición del protagonista al ser en realidad una mera ilusión.


Fire Emblem Awakening

¿Te imaginas empezar una partida como soltero y acabar el día casado y con hijo? Fire Emblem te lo permite. Esta saga de Nintendo hace del matrimonio no solamente un sacramento sino además un aspecto fundamental de la jugabilidad de Fire Emblem Awakening a la hora de gestionar los personajes que componen este título de rol.

 Conforme van sobreviviendo a combates la afinidad entre los personajes va aumentando y llegan a ser más efectivos. 

Cuando llegan a determinado grado de compenetración al jugador se le presenta la opción de ‘conversar’ que es básicamente cómo empieza toda relación. Al hacerlo la afinidad crece llegando a desbloquearse la posibilidad de que se casen y lleguen a tener incluso un hijo. Por lo tanto el matrimonio solamente está disponible para parejas de distinto sexo.

El enlace no es exclusivamente de los personajes del juego sino que también el avatar del propio usuario tiene la posibilidad de casarse. Así de rápido funcionan las cosas en los videojuegos, no sirve de nada planificación alguna.

Grand Theft Auto IV

Juntarse con lo peor de la ciudad al final pasa factura. La saga Grand Theft Auto siempre se ha caracterizado por sus altas dosis de violencia, drogas y prostitución. Sobre todo de abordar los dos últimos temas con la mayor naturalidad. La cuarta entrega numerada de la franquicia no iba a ser menos. Por eso cuando en el tramo final del juego se presenta una boda entre el primo del protagonista y su novia todo hace presagiar que no va a ser un evento tranquilo.

En función de una decisión tomada previamente, Nico Bellic, el personaje que controla el videojuego, ve como un jefe del crimen al que le ha tocado las narices previamente organiza un ajuste de cuentas a la salida de la iglesia. Según la elección el conflicto termina o bien con el recién casado muerto o bien es la novia del protagonista quien tiene el fatal desenlace. En este caso el típico ‘hasta que la muerte os separe’ llega muy pronto.


Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots

Pongámonos en situación. El jugador, tomando el control de Solid Snake, detiene una amenaza nuclear en el juego de espionaje ‘Metal Gear Solid’. Obra maestra en la que además debía de salvarle la vida a Meryl, el personaje femenino de la trama, soportando para ello una tortura que, dicho sea de paso, era uno de los momentos cruciales y un precursor del género de toma de decisiones. Dependiendo de la elección que se tomara se llegaba a un final u otro.

 

Pues bien después de pasar por un infierno y tras desaparecer durante dos entregas, la pelirroja volvía como aliada de un envejecido Solid Snake que de nuevo debía salvar al mundo de la amenaza definitiva. Solo para que al final decidiera irse con Johnny, un personaje que en el juego original pasaba totalmente desapercibido, hasta el punto de llegar a prometerse en medio de una batalla y casarse en una de las escenas finales de ‘Metal Gear Solid 4’. Este es un ejemplo de cómo el héroe no siempre consigue llevarse a la chica.


Super Mario Odyssey

Lo mismo ocurre con el siguiente icono de los videojuegos: Mario. Más de 30 años rescatando a la princesa Peach de las garras de Bowser. De ir de un castillo a otro, visitando mundos, todo para nada desde el punto de vista del fontanero. Este juego de Nintendo Switch arrancaba con el jugador intentado evitar la boda entre Peach y el villano. 

Tras fracasar, ser expulsado de la nave y recorrer diversos reinos, Mario llega a la iglesia donde va a tener el enlace donde se produce el correspondiente enfrentamiento con Browser. Al derrotarlo y ser él quien se declare a Peach, la princesa decide igualmente rechazar la proposición de Mario e incluso abandonarle junto a su enemigo. Princesas, ¿quién las entiende? 


The Witcher 3: Wild Hunt

Finalmente, este repaso por los altares en los videojuegos concluye con la obra maestra de CD Projekt Red. En el contenido descargable ‘Hearts of Stone’ se le presenta al jugador la oportunidad de ir a una boda, aunque técnicamente hablando quien va es un espíritu al que se le hace el favor de que posea nuestro cuerpo y pueda disfrutar del evento. Eso sí, sin saber cómo es la noche de bodas de los recién casados, probablemente no fuera tan animada como la del propio Geralt de Rivia con una pelirroja en una barca navegando, entre otras cosas.


Puede que estos ejemplos no sean los más motivacionales si ya te has prometido por ejemplo en Roma, enfrente de la Torre Eiffel o en un romántico paseo en globo. Sin embargo, esto no quiere decir que, sin tomar una serie de precauciones como bloquear la novia para que la novia escape o poner el despertador a tiempo para no llegar tarde no se pueda disfrutar del día más feliz de tu vida.
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