Análisis de Vampyr


Dontnod Entertainment deja a un lado los viajes temporales de Life is Strange para presentar ‘Vampyr’, una apuesta por la acción con toques de rol y la sed de sangre como principal aliada.


Con Dontnod Entertainment las cosas siempre son extrañas pero no por eso dejan de ofrecer con sus apuestas arriesgadas juegos de calidad. La compañía francesa ha dejado a un lado la zona de confort en la que estaba con ‘Life is Strange’ y su secuela prevista para el próximo mes de septiembre para lanzar un título más oscuro y sobrenatural. Cambiar momentáneamente a Max, una adolescente actual con poderes temporales, por un médico de la época victoriana recién convertido en vampiro.

Es necesario destacar que ‘Vampyr’ puede considerarse como uno de los pocos videojuegos del género vampírico que mejor ha sabido captar la esencia de esta criatura nocturna. Algo que solamente unos pocos desarrolladores han logrado como es el caso de ‘Vampire: The Masquerade’, ‘Castlevania’ o ‘Legacy of Kain: Soul Reaver’


La dicotomía del vampiro

‘Vampyr’ nos pone en la piel de Jonathan Reid, doctor que, después de haber pasado años en el frente de la Primera Guerra Mundial, regresa a su Londres natal para descubrir que la ciudad está asolada por la gripe española. Sin embargo, este será el menor de sus problemas ya que al poco de llegar es asesinado por un desconocido. La cuestión es que no llega a morir sino renace convertido en un vampiro neófito sediento de sangre. En un primer momento la tarea del jugador será la de buscar al ser que nos ha creado y con qué finalidad.

El punto fuerte de ‘Vampyr’ es sin duda la historia. El hecho de que Reid sea doctor choca con su condición de vampiro. Se debe decidir qué parte predomina: si querer ayudar a los ciudadanos más indefensos con tratamientos que previamente hemos desarrollado o beber su sangre

La duración del juego puede llegar hasta las treinta horas si se pretende conseguir todas las armas y coleccionables. Pero sobre todo, y de igual importancia que la historia, gran parte del tiempo lo ocupan las misiones secundarias. A lo largo del juego iremos conociendo a ciudadanos distribuidos en los cuatro distritos que componen el juego -como el barrio de Whitechapel o el East End- con los que se podrá interactuar y dialogar y para conocer su historia y hechos relacionados con la trama. Estos individuos además nos encargarán tareas que de completar nos hará ganar experiencia para canjear en habilidades especiales.


Cada personaje tiene unos temas de conversación que solamente se desbloquean si tenemos la pista adecuada -obtenidas gracias a otros personajes, documentos u objetos que hayamos hallado por el camino-. De conocer toda la información de un personaje su calidad de sangre será mejor lo cual es esencial para el principal aspecto jugable de ‘Vampyr’: qué tipo de vampiro queremos ser.

El placer de la sangre

Ante el jugador se ofrecen dos posibilidades: no quitarle la vida a nadie o dejarse llevar por nuestra sed y acabar con el resto de personajes del juego. Dependiendo de su calidad de sangre, la experiencia que se adquiere es mayor. Por lo tanto, la evolución y adquisición de nuevas y mejores habilidades es más rápida si se sigue el mal camino. Hay que decir que para este análisis se ha optado por esta vertiente y apenas era la mitad del juego cuando ya se es prácticamente invencible en los combates. Sin embargo, esto tiene su parte negativa. En función de las víctimas, la seguridad de cada distrito será mayor o menor. Cuanto más muertes haya, más peligroso será y más criaturas poblarán las calles así como cazadores de vampiros con ganas de eliminarnos.

En cuestión de combate puede verse algunas características propias de los juegos de rol o RPG. Para empezar hay que atender en todo momento a tres barras: Vida -la salud de la que disponemos-, Esfuerzo -cada ataque que se realice consume parte de esta barra y habrá que descansar o parar si se quiere rellenar y Sangre, centrada esta última en las habilidades especiales la cual se rellena absorbiendo la sangre de enemigos o de ratas que encontremos por la calle.


Un buen arma puede ser tan o más beneficiosa en el combate que la mejor habilidad desarrollada al máximo. La mejora de estos accesorios llevados a su máximo nivel puede hacer que un rival con nivel idéntico o ligeramente superior al de Jonathan muerda el polvo tras unos pocos golpes. Se pueden equipar hasta tres tipos: una para la mano derecha -hachas, sables, machetes- centrada en el ataque, otra para la izquierda que pueden ser armas de fuego o estacas y puñales para aturdir a los enemigos y morderles con el objetivo de conseguir su sangre y armas a dos manos, consumen más energía, su uso es más lento pero su capacidad ofensiva es mayor.

Como neófitos podremos hacer gala de una serie de habilidades sobrenaturales. Las principales son la supervelocidad y poder convertirse en humo para llegar a zonas elevadas y una visión mejorada en la que la pantalla se vuelve en blanco y negro quedando desatadas las pistas o los rastros de sangre a seguir para alcanzar nuestro objetivo. El resto de habilidades se clasifican según el grupo al que pertenezcan: ataque, defensa o terminantes. De esta forma se puede paralizar temporalmente a los enemigos para hacer con ellos lo que queramos o crear una barrera que nos protejan de sus golpes. También es posible curarse en pleno combate a costa de nuestra propia sangre. 

En el apartado ofensivo, pueden arrojarse lanzas de sangre o desgarrar a los rivales con nuestras garras así como crear zonas en el suelo que dañan a aquellos que se sitúen sobres ellas. Por su parte los ataques temporales permiten desatar toda la furia del vampiro para acabar con varios rivales en un corto periodo de tiempo. Todas estas habilidades consumen capacidad de la barra de sangre y no pueden utilizarse hasta que pasa un determinado plazo de tiempo. Solamente es posible equipar cuatro habilidades y una terminante por lo que la elección es a gusto o tipo de juego del usuario.


Recién convertidos en neófitos, cazadores de vampiros a cada esquina, al margen de todo el caos que hay en las calles de Londres hay lugares donde Jonathan podrá ponerse a salvo, son los llamados refugios. En estos enclaves, pisos abandonados o su propio despacho en el hospital, el jugador puede gestionar tanto las habilidades, como crear tratamientos para curar a otros ciudadanos y pócimas para recuperar capacidad de sangre y salud, y mejorar las armas que se van adquiriendo. Para ello será necesario tener los accesorios e ingredientes necesarios de cada fórmula, los cuales de se van recopilando tras vencer a los enemigos, en los escenarios o directamente tirados por la calle. También hay personajes que pueden vendérnoslos así como comprar aquellos objetos que no tengan más utilidad que la de cambiarse por chelines. Pero sobre todo, aquí es donde hay que gastar toda la experiencia acumulada a lo largo de la partida para aprender y potenciar nuevas habilidades.

Dicho esto, ‘Vampyr’ no es un título perfecto. El principal problema está en el apartado gráfico de los personajes con unas facciones prácticamente estáticas y sin de expresividad. A esto hay que sumarle un problema que parece que se está convirtiendo en una moda dentro del sector: el tamaño de los textos. Da la sensación de que algunos desarrolladores se piensan que los usuarios tenemos la habilidad de ver microscópicamente, de ahí a mostrar unas unas letras diminutas en los documentos que componen los coleccionables. 

Por último ‘Vampyr’ presenta los fatídicos tiempos de carga. Entrar en determinados edificios o morir a manos de los enemigos hace que el jugador tenga que esperar un tiempo que se hace eterno hasta poder volver a controlar al personaje, afectado enormemente al ritmo del juego


Conclusiones

En honor al personaje sobrenatural que representan, los no-muertos, con ‘Vampyr’ se demuestra que el género de los vampiros está más vivo que nunca. Una recreación histórica y ambiental magistral es el telón de fondo de una historia digna del mejor cine o literatura de terror, con un protagonista con múltiples caras que va evolucionando conforme avanza la trama y en función de las decisiones. Dontnod vuelve a demostrar por qué es una de las desarrolladoras punteras del sector con un título que no dejará indiferente a nadie y cuyas carencias no impiden disfrutar de esta propuesta. Que a nadie se le suba la sangre a la cabeza, nunca se sabe quien puede estar dispuesta a bebérnosla.
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