Assassin's Creed IV: Los orígenes de Edward Kenway

"Le he visto despejar a él sólo la cubierta de un galeón español sin pestañear y luchar como si fuera el mismísimo diablo vestido de hombre" (Capitán Barbanegra).

Assassin's Creed IV: Black Flag pondrá al jugador en la piel de Edward Kenway, un pirata entrenado por Asesinos y con muchas similitudes con un viejo Assassins de la saga como fue Ezio Auditore. A continuación los orígenes de este nuevo protagonista así como las primeras impresiones que ha causado.

Orígenes

Los primeros datos que se saben de Edward Kenway es que es un joven británico nacido de padre inglés y madre galesa además de ser carismático e inteligente. Unas facultades a las que les sacará provecho y esenciales para todo pirata ya que podrá 'acaramelarse' a cualquiera para conseguir lo que se proponga.

También destaca por ser un mujeriego, disfrutar de la bebida como todo buen pirata y llevar a cabo ideas que rozan la locura sin pararse a pensarlas detenidamente.

En su adolescencia la familia de Edward se mudó a Bristol donde el futuro Asesino conocería a Caroline Scott, una mujer dos años mayor que él con la que acabaría casándose. Sin embargo Edward no estaría muy metido en la relación por lo que su esposa acabo cansándose de él. Viéndose libre se puso manos al timón para surcar los mares del Caribe y unirse a la batalla marina de la fiebre del oro.

Al margen de esto fue entrenado por la Hermandad de Asesinos nada más salir de la Marina Real y de la que salió para unirse al mundo de la piratería. Desde ese momento pasaría a convertirse en un capitán pirata carismático y brutal, logrando el temor del resto de navegantes y la admiración de otros piratas de la talla de Barbanegra.

Primeras impresiones

Lo poco que se sabe y se ha podido ver de Edward Kenway es que, para alegría de los seguidores de Assassin's Creed, poco tiene que ver con su descendiente Connor y mucho con el Asesino por excelencia de la saga Ezio Auditore de Florencia.

Hay que tener en cuenta que el carácter reservado y serio de Connor es el típico de alguien que está sumergido en una guerra por la independencia de la nación. Sin embargo fue un cambio radical que no pasó de desapercibido para nadie al estar acostumbrados al carisma y 'chulería' de Ezio a lo largo de las tres entregas en las que fue protagonista.

Evidentemente al ser pirata Edward no podía ser serio e inseguro, tiene que mostrar la chulería del florenciano y emplear su simpatía y altanería para manipular o convencer al que le rodea y lograr sus planes. La piratería va ligado al ser mujeriego, faceta muy destacable de Ezio incluso antes de convertirse en Asesino y de la que se valió durante décadas para conseguir el favor del gremio de las cortesanas por ejemplo.

Hablando de gremios, Ezio se juntó con ladrones, cortesanas y mercenarios para inclinar la balanza a su favor en la lucha con los Templarios. No será de extrañar que Edward, al contrario que su descendiente que no se afilió a ningún grupo, acabe juntándose con personas de fama discutible y lo peor de la sociedad de la época, más siendo pirata.

Por lo que se ha visto, Black Flag recupera momentos como asesinar en entornos urbanos tras momentos de sigilo que recuerdan a Assassin's Creed 2 y promete mejorar el sistema de combate. Edward no dudará en gastar pólvora teniendo en cuenta que llevará hasta cuatro mosquetes y está por ver cómo será la lucha con dos espadas.

Un último apunte: es imposible no sonreir cuando se echa la vista atrás hasta el primer Assassin's Creed en el que con Altaïr con solo caer al agua se terminaba la partida, mientras que en Black Flag no solamente se nadará sino que habrá misiones submarinas para encontrar tesoros.

En definitiva, es un acierto que Ubisoft se haya alejado de la figura de Connor para retomar el carisma de Ezio Auditore con Edward.

"Si es fortuna y aventuras lo que buscáis, el capitán Edward Kenway es vuestro hombre pero no os metáis en sus asuntos porque ese hombre esconde un misterio que no me atrevo a preguntar".